Vélez de Benaudalla. Paraíso en la Tierra

 

 
 
 
Una de las características más importantes de Vélez de Benaudalla, que hacen de este tranquilo pueblo un lugar privilegiado, es la situación geográfica en la que se enclava. Es la puerta de acceso a la Costa Tropical de los viajeros que provienen de Granada, encontrándose la propia capital de provincia a sólo 50km. Además, esta situación geográfica le brinda unas características climáticas privilegiadas, gozando nuestro pueblo de un clima mediterráneo de inviernos suaves y veranos cálidos.
La situación geológica de la zona le da un atractivo importante a nuestro pueblo, puesto que cuenta con unas importantes sierras en sus alrededores, tales como Sierra Lújar, la Sierra del Jaral y Sierra Nevada, la cual nos permite disfrutar de una imagen casi inmejorable de nuestro pueblo a los pies este impresionante macizo de nieves eternas.
 
La Cultura del Agua
 
 
 
Otro de los privilegios de los que goza el pueblo de Vélez de Benaudalla es sin ninguna duda la gran abundancia de agua, elemento moldeador del terreno a la vez que generador de un trazado para el pueblo y unos inmejorables campos de cultivo de todo tipo de árboles frutales y hortícolas, que han hecho de Vélez de Benaudalla un auténtico vergel, símbolo del paraíso en la tierra, elemento que en su momento fue crucial para el asentamiento de los pueblos árabes en la zona.
 
Como primer elemento característico de esta denominada Cultura del Agua encontramos el “Nacimiento”, fuente de vida y causa del primer asentamiento romano en la zona, creando los cimientos para los posteriores pueblos que llegaron a la península. Si bien los primeros en asentarse en este pueblo fueron los romanos, será en la época árabe, a partir del 711 d.C., cuando el pueblo empiece a tener un grupo poblacional asentado en la zona. Será de esta época de la que recibamos las diferentes vías de irrigación con las que todavía hoy cuenta el pueblo. Las principales proceden del mencionado Nacimiento y se bifurcan por en dos ramales, cada uno de ellos dando vida en nuestra fértil vega, hasta verter sus aguas en el río Guadalfeo.
 
Otro elemento importante que va unido al agua, es la creación de Molinos, tanto de grano como de aceite, elemento característico desde antiguo del pueblo de Vélez de Benaudalla, llegándose a encontrarse en el mismo más de siete molinos en un pueblo con una población reducida, lo cual nos da a entender la importancia que esta actividad tenía en la zona, que llegaría hasta bien entrado el siglo XXI, y que por desgracia no se conserva en buen estado ninguno de dicho molinos hoy en día.
 
Tradiciones
 
Como es de esperar por el largo período de tiempo en que los árabes permanecieron en la península, siendo la zona de Granada el último reducto en donde permanecieron, serán muchas las tradiciones que se mantendrán del influjo de la cultura árabe en nuestro pueblo, al igual que en muchos otros pueblos de la zona. Una de estas huellas es la representación de “Moros y Cristianos” que tiene lugar en nuestro pueblo cada año, celebrándose el día 13 de junio, día de nuestro Santo Patrón, y en honor al cual tenemos nuestras fiestas los días 12, 13 y 14 de junio. En esta fiesta se representan los episodios de la revuelta morisca del siglo XVI. En la primera parte los moros asedian la ciudad, representado todo  ello en la plaza del ayuntamiento, donde se coloca una representación del castillo y donde tiene lugar la primeras de las mencionadas batallas, en la cual, las tropas árabes tomarán el control de la villa, con Amurates a la cabeza de la expedición. En la segunda parte de la representación, nos encontramos con que serán las tropas cristianas las que vuelvan a la villa a recuperar “lo que por ley y designio divino, honradamente les pertenece”. Ahora, la batalla tiene lugar en las laderas del promontorio rocoso que está coronado por el Castillo de Vélez de Benaudalla, y donde finalmente las tropas cristianas se harán de nuevo con el control de la villa.
 
Otras de las tradiciones con las que cuenta el pueblo en temática de fiestas es la fiesta que se celebra en honor a Santa Ana, cada 26 de Julio. Si bien esta es una fiesta que hoy en día está un poco olvidada, en sus días fue una fiesta popular de mucho arraigo en el pueblo, en la cual los vecinos del municipio acudían hasta las orillas del río Guadalfeo, ya bien fuera en el moderno merendero de la Explanación, o en otro lugares más antiguos acondicionados para el disfrute de las aguas de nuestro río. Aquí los vecinos se deleitaban con algunos de los platos típicos de la zona, tales como las migas, llegando en los últimos años a hacerse un concurso popular de “migas”, en el cual se premiaba a las que “más buenas estuvieran”, si bien el premio ya se lo habían otorgados los propios vecinos con el disfrute de celebrar y compartir muy buenos ratos, algunos de ellos amenizados con conciertos de agrupaciones del municipio.
 
 
 
Hoy en día están adquiriendo mayor importancia otras fiestas como son los carnavales, en los cuales los vecinos disfrutan tejiendo sus trajes y llevando a cabo ingeniosas canciones que posteriormente se interpretarán por parte de las diferentes chirigotas.
También podemos destacar la ExpoNazarí, una fiesta de carácter cultural y donde lo que se busca es hacer llegar a todo el pueblo las raíces nazaríes que conforman nuestro pueblo y muchos otros de la zona. Con una celebración bianual, esta fiesta es una inmejorable ocasión para todos de disfrutar de todas aquellas cosas que están en nuestro entorno más cercano y que son las que marcan nuestro carácter y nuestro propio ser. Para llevar esto a cabo, se recrean diferentes “jaimas”, dedicadas cada una a diferentes aspectos de esta cultura.
 
 
 
Una de las muestras que el período árabe nos ha legado hasta la actualidad y que goza de un presente y un futuro más vivo, son sin duda nuestros “Roscos y Pestiños”, ese maravilloso dulce árabe que aún hoy en día está hecho con la receta de antaño y que en cada bocado nos transporta a tiempos remotos. Estos dulces típicos se han convertido en unas de las imágenes y en uno de los mejores reclamos del pueblo, a la vez que hace las delicias de los propios veleños, que disfrutan del mismo modo del momento de la elaboración que del momento del disfrute culinario.
 
Por todo esto y por muchas otras cosas de las que iremos informando para el que no las conozca, resulta Vélez de Benaudalla un lugar con un encanto único, en el cual poder disfrutar de los auténticos placeres de la vida.

 

Publicado en Vélez de Benaudalla el 26 Ene 2013